Sueños rosas para las ingenuas de la calle Artigas. Sueños blancos para los pibes y sueños rojos para los violentos. Hay sueños agujereados de despertares. Hay sueños sin sueños que son una larga cinta negra. Y sueños usados para los que sueñan siempre lo mismo. Sueños frescos, sueños maduros. El Ángel tiene sueños buenos y malos. Tiene uno tan terrible que si uno no despierta a tiempo, se muere. Tiene otro que dura cinco días y cinco noches. Y tiene un sueño tan corto como un suspiro: quien lo sueña, sueña que suspira.
El Ángel Gris elige sueños para cada uno de los que se atreven a dormir en Flores.
Alejandro Dolina, Crónicas del Ángel Gris, El reparto de sueños en el barrio de Flores.