2.3.08

Las malas compañías.

Y si la Magdalena pide un trago, tú la invitas a cien que yo los pago. Acércate a su puerta y llama si te mueres de sed, si ya no juegas a las damas ni con tu mujer. Sólo te pido que me escribas contándome si sigue viva la virgen del pecado, la novia de la flor de la saliva, el sexo con amor de los casados.

Joaquín Sabina, Una canción para la Magdalena.