Están pero no están.

Están ahí, pero no los ves. Bueno, de eso se trata. Están, pero no están. Así que cuidá el maletín, la puerta, la valija, la ventana, el auto, cuidá los ahorros, cuidá el culo, porque están siempre ahí y van a estar siempre ahí... Son descuidistas, culateros, abanicadores, gallos ciegos, biromistas, mecheras, garfios, pungas, boqueteros, escruchantes, arrebatadores, mostaceros, lanzas, bagalleros, pesqueros, filos.

Nueve Reinas (2000), Fabián Bielinsky.

El primer libro.

En una ocasión oí comentar a un cliente habitual en la librería de mi padre que pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano —no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos—, vamos a regresar. 

La Sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón. 

Nightswimming.

Nightswimming, remembering that night.
September's coming soon. I'm pining for the moon.
And what if there were two, side by side, in orbit around the fairest sun?
That bright, tight forever drum could not describe nightswimming.

Nightswimming, R.E.M.

Aquel par.

Les vi marchar del brazo, perdiéndose por la calle Santa Ana, pensando que a lo mejor alguien en el cielo estaba de guardia y por una vez les concedía a aquel par unas gotas de felicidad. 

La Sombra del Viento (Carlos Ruiz Zafón).

Difficult.

In this grave hour fuck fuck fuck perhaps the most fateful in our history bugger shit shit. I send to every household of my p-p-peoples... The letter 'P' is always difficult.
 

The King's speech (2010), Tom Hopper.