En una ocasión oí comentar a un cliente habitual en la librería de mi padre
que pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se
abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas
palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen
un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano —no importa cuántos libros
leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos—, vamos
a regresar.
La Sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón.