22.5.09

Para los hombres de verdad.

Dejo para el final el obvio resultado de haber bebido en las fuentes vulgares de la verdad: nunca seremos más jóvenes que hoy; jamás volveremos a ver a nuestros muertos; el tiempo no retrocede; el amor perfecto no existe; hay un verso que está siempre a punto de revelársenos y que no escribiremos nunca. Para los hombres de verdad, este no es el final de sus sueños, sino más bien el principio.

Alejandro Dolina, El Fantasma, Fuentes de la Juventud.