Mire, Daniel. Las mujeres, con notables excepciones como su vecina Merceditas, son más inteligentes que nosotros, o cuando menos más sinceras consigo mismas sobre lo que quieren o no. Otra cosa es que se lo digan a uno o al mundo. Se enfrenta usted al enigma de la naturaleza, Daniel. La fémina, babel y laberinto. Si usted la deja pensar, está perdido. Recuerde: corazón caliente, mente fría. El código del seductor.
Fermín Romero de Torres, en La Sombra del Viento (Carlos Ruiz Zafón).