En aquellos días los herreros de Ost—in—Edhil superaron todo cuanto habían hecho antes; y al cabo de un tiempo hicieron los Anillos del Poder. Pero Sauron guiaba estos trabajos, y estaba enterado de todo cuanto hacían; porque lo que deseaba era someter a los Elfos y tenerlos bajo vigilancia. Ahora bien, los Elfos hicieron muchos anillos, pero Sauron hizo en secreto un Anillo Único, para gobernar a todos los otros, cuyos poderes estarían atados a él, sujetos por completo a él, y durarían mientras él durase. Y gran parte de la fuerza y la voluntad de Sauron pasó a ese Anillo Único; porque el poder de los anillos élficos era muy grande, y el del que habría de gobernarlos tendría por fuerza que ser aún más poderoso; y Sauron lo forjó en la Montaña de Fuego en la Tierra de la Sombra. Y mientras llevaba el Anillo Único, era capaz de ver todo lo que se hacía por medio de los anillos menores, y podía leer y gobernar los pensamientos mismos de quienes los llevaban. Pero no era tan fácil atrapar a los Elfos. No bien Sauron se puso el Anillo Único en el dedo, se dieron cuenta; y supieron quién era, y que quería adueñarse de todos ellos y de todo cuanto hiciesen. Entonces, con enfado y temor, se quitaron los anillos. Pero él, al ver que lo habían descubierto, y que los Elfos no habían sido engañados, sintió gran cólera, y los enfrentó exigiéndoles que le entregaran todos los anillos, pues los herreros Elfos no podrían haberlos forjado sin la ciencia y el consejo con que él los había asistido. Pero los Elfos huyeron de él; así salvaron tres de los anillos, y se los llevaron, y los ocultaron. Ahora bien, eran esos Tres los últimos que se habían hecho, y los que tenían más grande poder. Narya, Nenya y Vilya se llamaban, los Anillos del Fuego, y del Agua, y del Aire, que tenían engarzados un rubí y un diamante y un zafiro; y eran de todos los anillos élficos los que Sauron más deseaba, pues quienes los poseyeran podrían evitar el deterioro f demorar la fatiga del mundo. Pero Sauron nunca los encontró porque fueron dados a los Sabios, que los ocultaron y nunca más se los pusieron a la luz, en tanto Sauron tuviera el Anillo Regente. De ese modo los Tres permanecieron incólumes, pues habían sido forjados por Celebrimbor tan sólo, y la mano de Sauron no los había tocado; no obstante también estaban sometidos al Único.
Fue más fácil engañar a los Hombres. Los que llevaron los Nueve Anillos alcanzaron gran poder en su época: reyes, hechiceros y guerreros de antaño. Ganaron riqueza y gloria, aunque sólo daño resultó. Parecía que para ellos la vida no tenía término, pero se les hacía insoportable. Podían andar, si así lo querían, sin que nadie de este mundo bajo el sol llegara a descubrirlos, y podían ver cosas en mundos invisibles para los Hombres mortales; pero con no poca frecuencia veían sólo los fantasmas y las ilusiones que Sauron les imponía. Y tarde o temprano, de acuerdo con la fortaleza original de cada uno y con la buena o mala voluntad que habían tenido desde un principio, iban cayendo bajo el dominio del anillo que llevaban, y bajo la servidumbre del Único, que era propiedad de Sauron. Y se volvieron para siempre invisibles, salvo para el que llevaba el Anillo Regente, y entraron en el reino de las sombras. Eran ellos los Nazgúl, los Espectros del Anillo, los más terribles servidores del Enemigo; la oscuridad andaba con ellos, y clamaban con las voces de la muerte.
Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo.
Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra.
Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir.
Uno para el Señor Oscuro,
sobre el trono oscuro
enla Tierra de Mordor
donde se extienden las Sombras.
Un Anillo para gobernarlos a todos.
Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos
y atarlos en las tinieblas en la Tierra de Mordor
donde se extienden las sombras.
Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra.
Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir.
Uno para el Señor Oscuro,
sobre el trono oscuro
en
donde se extienden las Sombras.
Un Anillo para encontrarlos,
y atarlos en las tinieblas
donde se extienden las sombras.
J.R.R. Tolkien, El Silmarilion.
J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos,La Comunidad del Anillo.
J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos,